Imagina que estás en una etapa del camino de Santiago de 6 horas.
Tienes una fuente de agua no cada 5 minutos, pero sí cada hora.
En cada fuente de agua pararías, echarías un trago pequeño y quizás llenarías algo la botella que llevas.
Es decir, un consumo razonable de agua, no un atracón.
Ahora imagina que en esa misma etapa hay sólo una fuente a mitad de camino, sólo una a las 3 horas y te quedan otras 3 para llegar al destino.
Ahí te pegas un lote de agua que ni los del Titanic.
Y no es que llenes la botella, es que te llenas los bolsillos, los zapatos, las alforjas…
Es decir, que el consumo de agua es desorbitado por la sed que traes y por la previsión de que no vas a beber en 3 horas.
Pues esto muchas veces pasa cuando restringes una barbaridad comida basura, que eres un burro y pasas de comer 14 veces por semana cosas súper sabrosas a querer comer 0.
Claro, el día que pillas por banda un kiosko, a la kioskera le pagas los estudios de la niña en la universidad de lo que te acabas pillando ese día.
Sensación de escasez y restricción muchas veces acaban en atracón.
Mejor llegar a un consumo razonable que no nos dañe la salud y que disfrutemos sin remordimientos.
#peroPabloquéesunconsumorazonable?puesdependemiarma
#quizásalgoqueinclusosinsernutricionistavierasaunamigotuyohaciéndolo
#ytúmismoteextrañarasdeesabarbaridaddecantidadofrecuencia